Malas noticias para los periodistas

19/02/16

Es muy lamentable constatar -día a día- cómo la situación de los periodistas en el mundo se torna cada vez más seria.

El año pasado, por ejemplo, 63 periodistas perdieron la vida por causas relacionadas con el ejercicio de su profesión, con un elemento nuevo: un 64% de los periodistas asesinados en el 2015 no estaban en países en guerra.

Un caso dramático actual es la situación que enfrenta el periodista palestino de 33 años de edad, Mohamad Al Qeiq.

Según reportó ayer la agencia de noticias EFE, él se encuentra al borde de la muerte en un hospital israelí luego de casi tres meses de huelga de hambre como protesta por la arbitrariedad de su detención y malos tratos, sin cargos ni juicio (detención administrativa), por parte de Israel.

Robert Piper, coordinador humanitario de la ONU para los territorios palestinos ocupados, además de mostrar  preocupación por el estado de salud de Al Qeiq, condenó la práctica de la detención administrativa que Israel usó contra él.

Valga acotar que Amnistía Internacional, la Unión Europea y el representante de la ONU han solicitado a Israel que presente cargos formales o libere a Al Qeiq, al igual que a otros 690 prisioneros que se encuentran en detención administrativa.

Crisis profunda

A este caso se suma el asesinato de la reportera mexicana Anabel Flores Salazar, encontrada sin vida el 9 de febrero en la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, en el estado de Puebla.

La situación de los periodistas en ese país es alarmante. Solo este año 3 comunicadores han sido asesinados. El año pasado fueron 8 y en los últimos 15 la cifra ya supera el centenar de víctimas.

Según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el 89% de los crímenes contra periodistas en México permanecen impunes y en la Clasificación Mundial 2015 de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, México aparece como el país más peligroso del hemisferio occidental para los periodistas.

El Colegio de Periodistas de Costa Rica condena la violencia contra periodistas y comunicadores y manifiesta su dolor e indignación por estos atropellos, como lo hemos hecho en otras oportunidades, sin importar el país o  la ideología política.

El respeto a los derechos humanos no tiene fronteras, y como defensores de la libertad de expresión y prensa siempre estaremos del lado de la defensa de la dignidad de los individuos y del respeto a la vida humana.